Cuidado dental para bebés y niños

Cada día, tome una gasa o una toallita limpia y limpie la boca del bebé. Si puede amamantar a su bebé, se ha demostrado que esto reduce la incidencia de caries causadas por la exposición del bebé a bebidas azucaradas. Evite darle el biberón nocturno con algo que no sea agua.

En cuanto salga el primer diente, los padres deben ayudar al niño a cepillarse los dientes dos veces al día con un cepillo pequeño de cerdas suaves. Use solo una pequeña cantidad de pasta dental con flúor (aproximadamente del tamaño de un grano de arroz). Consulte con su dentista pediátrico sobre la posibilidad de iniciar revisiones regulares. Pregúntele si se recomienda un suplemento de flúor, pero no utilice ningún tipo de enjuague bucal con flúor. Programe la primera revisión dental de su hijo cuando se acerque su primer cumpleaños.

Continúe cepillando los dientes de su hijo dos veces al día con una pequeña cantidad de pasta dental con flúor. En cuanto los dientes empiecen a tocarse, comience a usar hilo dental una vez al día. Cuanto más constante sea al ayudar a su hijo pequeño a cuidar sus dientes, más buenos hábitos adquirirá para toda la vida. Siga las recomendaciones de su dentista para un programa de revisiones.

Cuando el niño empiece a cepillarse los dientes solo, supervise la cantidad de pasta dental con flúor que usa. No use más del tamaño de un guisante en cada cepillado. Continúe con el cepillado dos veces al día, el uso de hilo dental y las revisiones diarias según el horario recomendado por su dentista.

El cuidado adecuado de los dientes de leche (deciduos) en casa y por parte de un profesional es importante, ya que estos ayudan a mantener la posición correcta de los dientes permanentes que los reemplazarán. La pérdida prematura de un diente de leche puede aumentar la probabilidad de necesitar tratamiento de ortodoncia en el futuro. Un diente de leche con caries e infección también puede afectar la apariencia y la salud del diente permanente. A los 12 o 13 años, todos los dientes permanentes, excepto las muelas del juicio, ya han salido normalmente.

Chuparse el dedo es normal en los bebés. La mayoría deja de hacerlo a los 2 años. Sin embargo, si continúa después de los 3 años, se recomienda una evaluación profesional, ya que chuparse el dedo durante un tiempo prolongado puede causar dientes torcidos o problemas de mordida.